1 - Karate Kid...Kobra Kai...y su relación con el mundo del Aikido.

Karate Kid (1984) es una película que nos enseño básicamente 2 cosas:

1- Que puedes aprender artes marciales mientras haces bricolage en la casa de tu vecino (si es Oriental, mejor).

2- Que no todos los lugares enseñan los mismos valores; aunque se enseñe la misma arte marcial.

Mientras que el Sr. Miyagui te enseñaba a bloquear patadas a la vez que le dabas cera a su coche o le pintabas la cerca de su casa; el Maestro de los Kobra Kai (cuyo nombre no recuerdo…) te enseñaba a destruir al enemigo.

El Sr. Kobra es un ex Boina Verde que, probablemente traumado por haber perdido en Vietnam, ve la vida en dos estados: Amigos y Enemigos. Para ser mas exacto: Amigos=0; Enemigos=el resto del mundo. Tanto él como sus alumnos miran con desprecio a los demás practicantes del torneo; fruto de una enseñanza errónea desde su raíz. Incluso cuando Miyagui visita su Dojo (para variar todos lo miran mal…) el Sr. Kobra insta los chavales a que diriman sus diferencias ahí mismo en el tatami (Deja Vu…). Al final las cosas terminan siendo así, pero en un torneo Federativo.

Aquí entra el primer punto en común con el Aikido. Porque el Aikido no es competitivo y no se deben arreglar los problemas demostrando cuanto se aguanta en el tatami…esto no es una guerra, ni hay enemigos que batir (aunque se haga, al no ser competitivo, NO hay Premio al final…).

Uno puede tener una buena aptitud (con “P”) para el Aikido, pero su actitud (con “C”) no puede estar más errada. Hace poco leía eso de ¿Qué prefieres, ser simpático o caer bien? Y me parece un buen paralelismo con esto. Si tu “actitud” no es la correcta y miras a los demás practicantes por encima del hombro (Don Corcho…) terminarás cayéndole mal a todo el mundo; por mas que tu “aptitud” te preceda (ya seas 10ª Dan, tengas Factor Curativo, te haya picado una araña radioactiva o te vistas de murciélago para combatir el crimen…).

Y esto puede ir a peor cuando la actitud falla en la cabeza de la pirámide. Como bien se ve en la película, los chavales de Kobra Kai son así porque se les ha inculcado esa idea errónea.

Cuando uno es adulto es (no siempre) más difícil que te incrusten un preconcepto; pero cuando uno es un chaval o un adolescente, esta más expuesto a absorber esa doctrina equivocada que bien se podría resumir en esta frase “o estas conmigo, o contra mí”. Esto sí es peligroso, y considero que no debería pasar en ninguna arte marcial (y menos en Aikido…). Esta actitud divide, y ya hemos visto cuan dividido esta el mundo del Aikido.

Hay que aprender a diferenciar al Celuloide de la Realidad. Lo que esta muy chulo en películas como “Braveheart” o “Star Wars” no siempre queda igual de bien en la vida cotidiana. Y si bien nos parece correcto que Steven Seagal mate a un montón de personas en uno de sus films; en la vida REAL el pobre de Steven estaría en prisión (o muerto, si fuese en Texas…) frente a la misma circunstancia.

Con esto no quiero decir que lo que he comentado ocurra, haya ocurrido o pueda ocurrir en algún momento. Si alguno cree que estas cosas pasan en la realidad, lo dejo al libre pensamiento de cada uno…

Para terminar, me parece más que justo transcribir la frase final de esa Obra Maestra llamada “El Eternauta”, en donde Héctor Germán Oesterheld no sabe si lo que ha vivido fue real o no, cuando, de repente, ve algo que le despeja todas las dudas…

…”¡¿será posible?!”…


Solo me resta despedirme hasta la próxima, en donde are un brevísimo repaso a la vida del personaje Julián Muñoz e intentare desentrañar el interrogante ¿Qué tiene que ver esto con Karate Kid…y con el Aikido?