Aikido "El Arte de la Paz" - Parte 2


Aquellos que practiquen el Arte de la Paz deben proteger el dominio de la Madre Naturaleza, la divina reflexión de la creación, y mantenerlo con amor y fresco. El guerrero de la nave le da nacimiento a la belleza natural. Las sutiles técnicas de un guerrero se alzan tan naturalmente como la aparición de la primavera, verano, otoño, e invierno. El guerrero de la nave no es otro más que la vitalidad que sostiene toda vida.
Cuando la vida es victoriosa, hay nacimiento; cuando es frustrada, hay muerte. Un guerrero siempre está en la lucha de una pugna de vida o muerte por la paz.

Contempla los trabajos de este mundo, escucha las palabras de los sabios, y toma todo lo que es bueno para ti. Con esto como tus fundamentos, abre tu propia puerta a la verdad. No pases por alto la verdad que está enfrente de ti. Estudia como el agua fluye en un arroyo en un valle, suave y libremente entre las rocas. También aprende de los libros sagrados y de la gente sabia. Todo – hasta las montañas, los ríos, las plantas, y los arboles – deben ser tus maestros.

Crea cada día nuevamente vistiéndote con el cielo y la tierra, bañándote con sabiduría y amor, y situándote en el corazón de la Madre Naturaleza.
No falles al aprender de la voz pura del arroyo que nunca para de fluir de la montaña que salpica con las rocas.

La Paz se origina con la fluidez de las cosas – su corazón es como el movimiento del viento y las olas. La Vía es como las venas circulan sangre a través de nuestros cuerpos, siguiendo la fluidez natural de la fuerza vital. Si eres separado en lo más leve de esa esencia divina, tu estás muy lejos del camino.

Tu corazón está lleno de fértiles semillas, esperando a germinar. Tal como la flor de loto se levanta del lodo a florecer espléndidamente, la interacción del aliento cósmico causa que la flor del espíritu florezca y germine frutos a este mundo.

Estudia las enseñanzas del árbol del pino, del bambú, y del ciruelo en flor. El pino está siempre verde, con las raíces firmes, y venerable. El bambú es fuerte, resistente, irrompible. El cerezo en flor es duro, fragante, y elegante.
Siempre mantén tu mente tan brillante y clara como el vasto cielo, el gran océano, y el pico más alto, vacío de todo pensamiento. Siempre mantén tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y de iluminación.

Tan pronto como te inquietes con lo "bueno" y lo "malo" de tus compañeros, te creas una abertura en tu corazón para que entre la malicia. Probar, competir, y criticar a otros te debilita y te derrota.

El brillo penetrante de espadas esgrimidas por los seguidores de la Vía golpean al malvado enemigo acechando profundamente dentro de sus propias almas y cuerpos.

El Arte de la Paz no es fácil. Es una pelea hasta el final, con la muerte de todo deseo malvado y toda falsedad dentro de uno. En ocasiones la Voz de la Paz resuena como el trueno, sacudiendo a los seres humanos de su estupor.

Cristal claro,
Afilado y brillante,
La sagrada espada
No permite aperturas
Para que el mal descanse.

Para practicar propiamente el Arte de la Paz, tu debes:
Calmar el espíritu y regresar a la fuente.
Limpiar el cuerpo y el espíritu removiendo toda malicia, egoísmo, y deseo.
Ser agradecido por siempre de los regalos recibidos por el universo, tu familia, la Madre Naturaleza, y tus compañeros seres humanos.