Aikido "El Arte de la Paz" - Parte 3


El Arte de la Paz está basado en Cuatro Grandes Virtudes: Valor, Sabiduría, Amor y Amistad, simbolizados por Fuego, Cielo, Tierra, y Agua.

La esencia del Arte de la Paz es limpiarte de malicia, sintonizarte con tu medio ambiente, y limpiar tu camino de todo obstáculo y barreras.

La única cura para el materialismo es la depuración de los seis sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo, y mente). Si los sentidos están obstruidos, la percepción propia está apagada. Mientras más apagada, más contaminados se encuentran los sentidos. Esto crea desorden en el mundo, y ese es el más grande mal de todos. Pule el corazón, libera los seis sentidos y déjalos funcionar sin obstrucción, y tu cuerpo entero y tu alma brillarán.

Toda vida es la manifestación del espíritu, la manifestación del amor. Y el Arte de la Paz es la forma más pura de ese principio. Un guerrero está a cargo de dar un alto a toda contienda y rivalidad. El amor universal funciona de varias formas; cada manifestación debe permitir una libre expresión. El Arte de la Paz es verdadera democracia.

Todo y cada maestro, sin importar la era o el lugar, escucharon la llamada y alcanzaron armonía con el cielo y la tierra. Hay muchos caminos que llevan a la cima del Monte Fuji, pero solo hay una cumbre – el amor.

La lealtad y la devoción conducen al heroísmo. El heroísmo conduce al espíritu del auto-sacrificio. El espíritu del auto-sacrificio crea la verdad en el poder del amor.

La economía es la base de la sociedad. Cuando la economía está estable, la sociedad se desarrolla. La economía ideal combina lo espiritual y lo material, y la mejor mercancía para comerciar son la sinceridad y el amor.

El Arte de la Paz no se fía de armas o de fuerza bruta para triunfar; en cambio nos ponemos en sintonía con el universo, manteniendo la paz en nuestros reinos, nutriéndonos de vida, y previniendo la muerte y la destrucción. El verdadero significado del termino samurai es aquel que sirve y se adhiere al poder del amor.

Crea y pule
El espíritu del guerrero
Mientras sirves en el mundo;
Ilumina la Vía
De acuerdo a tu luz interna.

La Vía a la Paz es excesivamente vasta, reflejando el gran diseño de los mundos escondidos y manifestados. Un guerrero es un templo viviente a lo divino, uno que sirve al gran propósito.

Tu mente debe estar en armonía con el funcionamiento del universo, tu cuerpo debe estar en sintonía con el movimiento del universo; cuerpo y mente deben ser limitados a uno, unificados con la actividad del universo.

Aunque nuestras vías sean completamente diferentes a las artes guerreras del pasado, no es necesario abandonar totalmente los caminos antiguos. Absorbe las venerables tradiciones dentro de este nuevo Arte al vestirlas con nuevos vestidos, y construir sobre los clásicos estilos para crear mejores formas.