El Sonido
En esta práctica utilizamos la capacidad vibratoria del sonido de nuestra voz
para tomar contacto con nuestro interior, relajarnos y liberar los nudos tanto
físicos como emocionales que podamos tener. Cuando emitimos un sonido, esa
vibración parte de nuestro interior, lo cual nos influencia de una manera muy
fuerte. Al recibir la vibración de cualquier otro sonido también se produce un
efecto que variará en cuanto a intensidad y signo (positivo o negativo)
dependiendo de la armonía y del volumen con que se emita.
El sonido llega hasta
el cerebro para ser interpretado, pero a su vez ejerce directamente su influjo
en el ritmo y la actividad de nuestras células. Por ejemplo, un sonido
armonioso a un volumen adecuado nos ayuda a generar un estado de paz interior,
pero un nivel alto de ruido donde dormimos impedirá la disminución del ritmo de
actividad de las células. Esto evitará que nos relajemos y podamos descansar
profundamente. Como las células no llegan a regenerarse todo lo que deberían
durante el período de sueño, se va acentuando un desgaste de la fuerza vital
cada vez mayor, hasta el punto de levantarnos ya cansados.
Cuando emitamos el sonido, aparte de lo bien o mal que cantemos normalmente,
debemos observar si es armonioso y limpio o no. Esto nos dará información sobre
el buen funcionamiento del órgano que estemos trabajando. Es necesario
encontrar dentro de nuestra escala aquella frecuencia que nos permita conectar
con la vibración de cada órgano vital, eligiendo el tono que nos despierte más
sensación en la zona donde se sitúa el órgano que trabajamos. Al principio
tendremos que probar mucho y permanecer a la escucha de los efectos que se
produzcan. Deberíamos practicar sin esperar ningún resultado en concreto y observarnos
de la manera más neutral posible. Es importante la sinceridad con uno mismo a
la hora de definir las percepciones. Cada órgano vital está asociado a una
emoción concreta.
El trabajo con los sonidos terapéuticos puede ayudarnos a
contemplar y a sanar el estado de nuestras emociones. A través de la
respiración y la vibración de los sonidos es posible alcanzar una condición
interior de serenidad y bienestar.